Las posibilidades de que Lionel Messi hubiese renunciado a la selección si Argentina quedaba fuera del Mundial de Rusia 2018 eran altas, pues representaba uno de los mayores fracasos de la historia del país en materia futbolera, y porque anteriormente ya había insinuado -en otro contexto- su deseo de dejar el equipo porque “no se me da”. Este pudo ser el empujón final.
Sin embargo, no fue así. Y no fue así porque “la Pulga” se puso en modo talla mundial y jugó ante Ecuador el que quizás fue el mejor partido de toda su carrera con la albiceleste, marcando un hat trick que dio la victoria (1-3) a su equipo y selló el pase para la próxima Copa del Mundo.
«Messi no le debe ningún Mundial a Argentina; el fútbol le debe un Mundial a Messi «, expresó el entrenador Jorge Sampaoli tras el encuentro.
Lionel, criticado mucho por la prensa y los fanáticos por no aparecer en partidos importantes con su país como sí lo hace en el Barcelona, calló muchas bocas con esta brillante actuación en la última jornada de las Eliminatorias. No obstante, hay ciertos puntos que deben tenerse en cuenta antes de decir que el astro del fútbol mundial se reivindicó por completo con la fanaticada nacional.
Primero, Argentina se jugó la clasificación con el conjunto que en peor momento estaba: los ecuatorianos venían de perder sus últimos cinco partidos, por lo que firmaron la sexta derrota consecutiva contra los pupilos de Sampaoli. Si el “10” hacía lo mismo ante Brasil, Uruguay o Perú, nunca lo podremos saber.
Y segundo, hay algo que es seguro: Era una responsabilidad no tanto para Messi, sino para toda Argentina, clasificar en mejores condiciones a la cita mundialista de lo que lo hicieron, si se tiene en cuenta la historia y la gran generación de jugadores que poseen.
Por esto, cuando pase la euforia por lo conseguido ante Ecuador, deberá reflexionarse sobre si este equipo está para competir y pelear contras las mejores selecciones del mundo, puesto que si quedan eliminados en primera ronda u octavos de final, por ejemplo, de nada habrá servido la noche mágica del “enano” en Quito.
Las miradas apuntan al torneo que se jugará en 2018 y donde Messi no solo podrá ganar uno de los títulos que le falta en su brillante carrera futbolística, sino que también tendrá la oportunidad de reivindicarse con todo un país que lo considera el mejor futbolista del mundo, pero donde vive a la sombra de Diego Armando Maradona mientras no gane el trofeo más importante de selecciones del mundo.