Pascual Artiles era, sí, en pasado, uno de los narradores deportivos más serios del país, podía desempeñarse de manera eficiente en baloncesto y béisbol, más allá de que su estilo no le guste a algunos, su sobriedad le permitía hacer las jugadas de rutina y era un narrador que “se dejaba oír”.
Algo en la brújula de Artiles se dañó, quienes cubrimos béisbol en la capital del país hemos quedado sorprendidos con su cambio, no tanto físico, pues al decidir tener una vida más sana, ya sea mejorando su alimentación y refugiándose en los ejercicios celebramos eso. Lamentablemente Pascual no es el mismo y parece que el viejo que conocimos no regresa más.
Resulta curioso verlo tomándose fotos a diestra y siniestra, en el baño, cosa que normalmente hacen las adolescentes mientras ponen una inexplicable boca de pato y hace una v con los dedos. Lo hemos visto haciendo eso en el palco, pero no entendemos las razones del por qué.
También, nos cuentan quienes más lo tratan, que tiene algunos airecitos de divo desde que llegó a TLT, atrás quedó ese gordito bonachón y simpático que conocimos una vez, ahora es una especie de gurú del fitness y quiere adoctrinar al resto en eso.
Sus videos en las historias de instagram dejan a más de uno loco, la cara que pone, los comentarios y ahora en las fotos pone frases que solo el aburrido de Paulo Coelho inventaría. Con su talento pudo superar el bochornoso comercial de Rofenirca donde sale haciendo uno de los peores swings de la historia del béisbol aficionado y vamos a estar claros, reinventarse después de haber cargado esa cruz no es nada fácil.
La crisis de los 50 parece pegarle, nos cuentan que desde que se separó de quien fue su mujer sufrió una extraña metamorfosis, quiso cambiar su imagen y vaya si lo ha logrado. Refugiarse en el “gym” ha sido un alivio para el comunicador social, pero se ha empeñado tanto en mostrar sus avances que cada vez que lo hace las personas que trabajaron con él se preguntan; “Qué coño le pasa a Pascual”.
El mundo de la tv suele cambiar a las personas, lo desconectan de quienes fueron sus verdaderos amigos y comienzan a vivir un mundo de fantasía, parece ser el caso de nuestro querido Artiles que perdió la brújula y entró en el raro mundo de las figuritas de tv que hacen de su vida un reality show.
La vieja escuela de narradores parece extinguirse, pocos quedan de los que aprendieron de Delio Amado Léon, Gonzalo López Silvero, por solo nombrar a dos, ahora reinan los faranduleros, pero gracias a ellos podemos hacer esta serie de trabajos donde podemos desnudarlos y develar sus nuevas personalidades.
