No es normal que alguien que se encargue de un ente en Venezuela se haga notablemente millonario, con cifras que parecen abismales. Ni siquiera es normal aunque esa persona haya pasado 28 años cumpliendo la misma función. Tampoco es normal pese a que esa persona haya ejercido un cargo tan importante como presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, que rige el balompié en el país.
Pero eso no fue lo que pasó con Rafael Esquivel, el mandatario de la FVF que parecía eterno en el poder hasta que se metió en un problemón, al verse envuelto en una red de corrupción entre personajes ligados a la Fifa. Esta cadena de hechos es denominada Fifagate, y el venezolano no pudo perderse la «fiestita».
Lo último es que el criollo de 70 años, edad notable en su rostro y en su humanidad en general, admitió su culpabilidad en siete delitos: asociación para delinquir, tres cargos por transferencias bancarias ilegales y otros tres por lavar dinero de sobornos aceptados a cambio de contratos de derechos televisivos y de marketing de la Copa América y la Copa Libertadores, según la corte del distrito este de Nueva York.
¿Qué te parece?
Lo peor no es eso, sino que Esquivel aceptó entregar (o, en pocas palabras, pagar) 16 millones de dólares a la justicia para reducir su sentencia. Te repetimos: 16 (DIECISÉIS) MILLONES DE DÓLARES. ¿Cómo alguien puede sacar tan abrupta cantidad de su bolsillo con tanta facilidad? Peor aún: ¿Cómo alguien nacido en Venezuela puede sacar tan abrupta cantidad de su bolsillo con tanta facilidad?
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Es un indicio del dinero que «Rafa», cargado de viveza criolla, «pidió prestado para jamás devolver». Pero la cifrita abultada no queda ahí. Pues, muérete, anteriormente (este mismo año) había desembolsillado (de su propio dinero, obvio) SIETE MILLONES DE DÓLARES más para pagar su fianza y, en vez de pasar un buen tiempo en prisión, esperar en su casa a que llegara el momento del juicio, mientras estaba en condición de arresto domiciliario o el vulgar casa por cárcel.
Por eso, ¿quién, con tanta facilidad, saca 23 millones de dólares de su bolsillo? ¿Qué no se puede hacer ahora mismo en este país con 23 millones de dólares? Imagínate tú.
Lo peor es que 1) la cantidad no será devuelta a Venezuela, sino que quedará en Estados Unidos y 2) el fútbol del país sigue en el piso, con las bases rotas y mal estructuradas, sin buenos estadios o instalaciones para prepararse por todo el país. Y pensar que hubo dinero para solventar todo eso, pero claaaaaro: está en las cuentas de Esquivel.
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Ya el antiguo mandamás del fútbol venezolano fue salpicado hace días luego de que Giancarlo Di Martino, exalcalde del estado Zulia, hiciera unas revelaciones sobre la final de la Copa América 2007, entre Brasil y Argentina, realizada en el estadio José Encarnación «Pachencho» Romero, de Maracaibo.
Esquivel fue artífice y protagonista del soborno que tuvo que hacer Di Martino para que le dieran la final del prestigioso e histórico evento a la Tierra del Sol Amada, por lo que tuvo que pagar un millón de dólares. Pero el político contó a un diario zuliano que «Esquivel se quedó por fuera» en la repartición de los billetes verdes. Los dirigentes de la Conmebol de quedaron con el dinero.
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El cargo deseado
Dado el éxito económico, legal o ilegal, que tuvo el expresidente de la FVF en sus casi tres décadas al mando, es posible pensar que algo tiene que ver eso con las tantas candidaturas que hay para ocupar ese puesto. Las elecciones son el próximo año y hombres como Richard Páez, César Farías y Tony Carrasco.
¿Será que las verdaderas intenciones de los citados personajes vinculados al balompié no son beneficiar realmente al fútbol? Da para pensar, ¿no?