«Qué es un millón de dólares comparada al amor de ocho millones de cubanos». Hablar de Teófilo Stevenson es hablar de boxeo puro. Fue el púgil más temido de la historia olímpica: ganó el título de superpesados en tres olimpiadas consecutivas (1972, 1976 y 1980), una hazaña sólo repetida por el húngaro Laszlo Papp. Siempre leal al gobierno de Fidel Castro en Cuba, Stevenson rechazó lucrativas ofertas para convertirse en profesional, aunque los expertos en boxeo creen que podría haber ganado fácilmente el título mundial de pesos pesados, y con él una fortuna.
«Él era mucho mejor que todos nosotros. Tenía la mejor derecha en el boxeo. Hubiera mantenido el título profesional de la misma manera que lo mantuvo en los amateurs». Así definía George Foreman a su colega cubano.
Los promotores de boxeo profesional le hicieron importantísimas ofertas para que pasara al campo profesional, pero él rechazó incluso dos millones de dólares por fidelidad a la revolución cubana y para continuar con sus estudios.
A los 20 años, en 1972, ya había ganado su primera medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Munich. Repetiría el logro en los dos juegos siguientes: Montreal 1976 y Moscú 1980. Y si no pudo alcanzar el mismo logro en 1984 -en Los Ángeles- fue porque no estuvo presente, de la mano del boicot de varios países socialistas al evento. Se adjudicó 11 campeonatos nacionales cubanos y también ganó los torneos de la Asociación Internacional de Boxeo aficionado (AIBA) en La Habana (1974), Belgrado (1978) y Reno (1986).
Su grandeza sobre el ring fue tal que en la cúspide de su carrera podría haber vencido hasta a Muhammad Ali. Mucho intentó Don King para convencer al antillano de pelear con el mítico Ali pero el esfuerzo fue en vano, hasta Fidel Castro le había dado luz verde para que dicha batalla se diera, pero no hubo manera de convencerlo. «No cambiaría un pedazo de Cuba ni por todo el dinero que puedan ofrecer», expresó Stevenson en su momento.

Pasó 11 años sin perder una pelea, subió al cuadrilátero 321 veces y se apuntó 301 victorias, en 20 años de carreras. Tras su retiro, en 1988, estuvo al frente de la Federación Cubana de Boxeo y en 2012 falleció de un ataque cardíaco, con apenas 60 años.

«Teófilo Stevenson merece el reconocimiento del pueblo cubano por su éxito deportivo derivado de su disciplina, de su consagración al deporte, de su valor, de su moral», dijo Fidel tras la muerte del pugilista.

Ni dos millones de dólares en efectivo sirvieron para persuadir a Stevenson de que esta pelea se llevara a cabo en 1977.