Su nombre es Johan Ramírez, y le apodan el “Niño Ángel” del Chapecoense porque ayudó a rescatar a los sobrevivientes del club brasileño durante el accidente aéreo que sufrieron el pasado año, donde murió la mayoría de sus jugadores.
Ahora, este pequeño de tan solo 15 años, sueña con ser futbolista. Actualmente participa en un torneo de fútbol en La Ceja, muy cerca del cerro donde el 28 de noviembre se estrelló la aeronave de la empresa boliviana LaMia, que transportaba a los futbolistas.
Su objetivo lo tiene claro: “A mí me gustaría jugar en el Nacional o en el Chapecoense”, dijo en entrevista con la AFP. «Son los dos equipos que llevo en el corazón: Nacional porque siempre me ha gustado de toda la vida y Chapecoense por la satisfacción de que pude colaborar a los sobrevivientes», añadió.
Cuando juega a la pelota, sus compañeros lo llaman «Chape», y en la calle, donde con frecuencia lo detienen para pedirle una foto o felicitarlo, es el «Niño Ángel», como lo apodó la prensa local por socorrer a los jugadores Jakson Follmann y Alan Ruschel, además del tripulante boliviano Erwin Turimi, reseñó la agencia de noticias.
A este jovencito, el gobierno de Brasil lo invitó a los homenajes a las víctimas y recibió del presidente, Michel Temer, la «verdeamarela» con el «10» y su nombre en la espalda. También cruzó el Atlántico para conocer las instalaciones del Real Madrid y a su ídolo, el colombiano James Rodríguez, quien le obsequió la camiseta con la que disputó el Mundial de Clubes.
No sabemos si llegue o no llegue a ser profesional, lo que sí sabemos es que este niño rubio tiene una historia impresionante que contar.