¿Quién no se aplicó el desodorante en spray llamado AXE pensando, de iluso, que las mujeres lo perseguirían a gritos y corriendo? Al menos siete de cada 10 venezolanos lo hizo cuando estaba en boca de todo el mundo, estamos seguros de que es así. Por allá aproximadamente en 2005, o algo por el estilo, el poderoso quitaviolín causó furor en Venezuela y en todo el mundo por sus comerciales y su fuerte campaña publicitaria, que resultó original, novedosa y efectiva.
No había hombre que no quisiera, en medio de la bonanza que aún existía en el país, ir rápido al primer supermercado que encontrara abierto para comprar una de estas botellas negras. Tú lo hiciste, nosotros lo hicimos. Pero terminamos sufriendo porque no pasó nada, incluso a unos por ahí terminó alborotándoles los enanitos y empeorando la cuestión, causando que un aletazo matara a alguien de un mal olor.
Lo mejor (o lo peor) es que esto todavía se mantiene. Claro, no está en Venezuela por razones obvias y el huracán rojo revolucionario que nos quitó todo (o casi todo) lo bueno, pero en buena parte del mundo está y sigue causando sensación valiéndose del preciado márketing.
Ahora… ¿Te acuerdas de lo buenos que eran los comerciales? Vamos a recordar algunos y a ponerte por aquí unos nuevos que han salido en los últimos años.
Bárbara, ¿no? Lo más fuerte es que AXE ha sido el centro de polémica y críticas por sus publicidades sexistas, llenas de estereotipos y que incluso resultan denigrantes para la mujer en general por asumir que un desodorante pondrá mojadas a las jevas y te empezarán a perseguir sedientas por lo tuyo como locas.
Salvo que seas Matt Damon o algo parecido, sabemos que esos fenómenos no ocurren, amigo. Hay que se realistas, pero vamos a seguir viendo las muestras del efecto AXE. Cuando te hablamos de ser denigrantes para la mujer, pensamos en algo como esto, bastante parecido a lo que se puso en nuestras cabezas y creemos que te podrás dar cuenta:
Lo siguiente te hará restregar para ver si es verdad o si estás viendo lo que crees estar viendo. Por muy raro que te parezca, pillín, en el mundo pasan estas cosas (y más). Esto sucedió en la India. Una pelusa: hasta allá llega el efecto AXE.
Créelo o no, un tipo DEMANDÓ a estos productos porque se los echó por varios años y la sequía de mujeres no se detuvo, al contrario, siguió. Eso le hizo tomar medidas legales a este indú. Pobrecito… Páguenle su vaina.
Vaibhav Bedi, de 26 años y residente en Nueva Delhi decidió presentar una demanda en contra de “Lynx” (marca bajo la que se comercializan los productos AXE por aquellos lares) por publicidad engañosa y por la depresión y el daño psicológico causado por la aparente inexistencia del efecto AXE.
Sí, bro. El pobre Vaibhav llevaba cerca de siete años echándose todo producto de la conocida marca que caía en sus manos, y en otras partes de su cuerpo, convencido de que cientos de miles de sensuales chicas indias le perseguirían y le harían feliz de manera tántrica y “kamasutriana”.
Sin embargo, después de tanto tiempo ha decidido tirar la toalla no sin antes exigir que la firma le indemnice con más de 28 mil euros por haber abusado de su confianza ciega.
Unilever, empresa comercializadora de los productos Axe/Lynx, decidió no pronunciarse. Por algo será. Suponemos que no pueden negar la evidencia que pone en entredicho las bondades de su producto. Ahora solo falta que nos digan que las chicas que persiguen a los chicos en los “spots” son modelos pagadas. Nos rompería los sueños a todos los que pensamos que una vez se restablezca el orden en nuestro país y vuelvan tales productos a llegar los anaqueles de higiene personal, volveremos a probar este efecto que vuelve locas a las mujeres en teoría.