Se dice que Venezuela es una tierra de gente noble, de gente que (en la mayoría de las veces) se conduele por el otro, de gente que ayuda a su prójimo cuando las cosas no van tan bien. Venezuela es, también, el país que quizás tiene al Gobierno más inútil e incompetente del mundo y ante eso es necesaria la ayuda de varios millonarios para socorrer a quienes la están pasando peor en los ámbitos económico y social, esos que no tienen, por decirlo de una manera vulgar, dónde caerse muertos.
En el caso de nuestro país, una buena cantidad de esos millonarios es peloteros de Grandes Ligas que ganan millones de dólares y tienen a su alcance la posibilidad de ayudar bien sea con medicinas, con instalaciones deportivas o con implementos para que los chamos venezolanos se desarrollen en el deporte que los hizo brillar a ellos y conseguir su sustento gracias a su talento.
Uno que siempre anda haciendo aportes y donaciones de lo primero que se le cruce para ayudar a su pueblo es Carlos González, quien hace algunos años firmó un gran contrato con los Rockies de Colorado por 80 millones de dólares, que por cierto vence al finalizar la próxima campaña de la Gran Carpa.
De hecho, «CarGo» tiene una fundación con la que hace labores en Venezuela y en Estados Unidos, aunque siempre es el territorio nacional el que toma las mayores colaboraciones. Por su cuenta o con Polar, por ser un líder Maltín Polar, siempre cumple, incluyendo clínicas deportivas para incentivar a los más jóvenes.
Hace algunos meses, el jardinero zuliano hizo una importante donación de insumos médicos en nombre de él, de su esposa Indonesia y su familia en general, además de la Fundación Carlos González.
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Pero su aporte no se limita a eso. Ya en una ocasión donó 500 mil dólares en la Guajira venezolana y en total, en 2016, dio tres millones de dólares para otras partes del Zulia y Venezuela en general.
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En cuanto puede, González va al estadio de la Pequeña Liga Coquivacoa, al norte de Maracaibo, donde se desarrolló como peloterito hasta saltar al profesional para convertirse en la estrellas que es en estos días.
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Carlos Carrasco es otro que está haciendo trabajos sociales con la Fundación Carlos Carrasco. Para los días de Navidad, recolectó en Estados Unidos una buena cantidad de juguetes para traerla a Venezuela y repartirla entre los niños que no pueden acceder a estos productos que amenizan su infancia y alegran los últimos días de diciembre. En pocas palabras, ¡con Carrasco, hay San Nicolás!
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El pitcher derecho de los Indios de Cleveland está en medio de un contrato de cuatro temporadas y 22 millones de dólares. El año pasado ganó $4.5 millones, nada comparado a los $17 millones que ganó González, pero también tiene a su alcance ayudar con algunas cosas para su país.
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Mencionada esa recolecta, luego vino la repartición de los juguetes, algo que no hizo él, sino algunos colaboradores:
These brothers were so happy for their toys! But at the same time break my ?@bastianmlb @indians
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@mlb_players @indians @bastianmlb @mlbplayerstrust @mlb_vzla @mlbvz
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Uno de los mejores bateadores de las Grandes Ligas y quien tiene uno de los contratos más grandes en la historia del béisbol, Miguel Cabrera, no podía quedarse por fuera. El maracayero, quien incluso ya ha remodelado estadios en Venezuela, también apoya con la Fundación Miguel Cabrera (o Miguel Cabrera Foundation).
Claro, «Miggy» goza de un acuerdo de ocho años y (nada más y nada menos que) $248 millones con los Tigres de Detroit. En 2016 metió en su bolsillo 28 milloncitos de dólares que no enriquecen ni empobrecen a nadie (sí, claro).
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Su actividad Miggy Ball 24 no pierde vigencia y la hace año tras año para enseñar, aconsejar y compartir con los más pequeños alrededor de toda Venezuela, en lo que es una especie de competencia.
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Franklin Rojas Primer lugar Valencia 9años. #MiggyBall24 felicidades a todos.
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Como estos tres, hay muchos otros que hacen donaciones, aportes y demás colaboraciones para tratar de empujar a Venezuela.