Comenzó la primavera para Félix Hernández y Carlos Carrasco

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En el segundo día del Spring Training de las Grandes Ligas, los lanzadores venezolanos Félix Hernández y Carlos Carrasco tienen previsto reportarse con los Marineros de Seattle e Indios de Cleveland, respectivamente.

Ambos serpentineros han conseguido con el pasar de los años ser piezas fundamentales en el cuerpo de lanzadores de sus respectivas divisas.

Hernández, quién dirá presente en su decimocuarta campaña en las mayores, ha sido el encargado de subir al montículo en el primer encuentro de la campaña para los Marineros en 10 oportunidades, nueve de ellas de manera consecutiva (2009-2017). Mientras que Carrasco se presenta como el segundo en la rotación para Terry Francona, mánager de la tribu.

A olvidar la 2017. Tras sembrar su peor temporada desde su debut en las Grandes Ligas, Félix Hernández quiere estar a toda máquina en la 2018 para llevar a los Marineros a una postemporada y cumplir su sueño de lanzar en octubre.

En la campaña pasada, el ganador del premio Cy Young en 2010 culminó con marca de 6-5 en 16 presentaciones, siendo la menor cantidad de aperturas después de su año de novato (12 en 2005).

Hernández vio limitada su participación debido a que al derecho se le diagnosticó con el síndrome del “brazo muerto”, que luego se transformó en una lesión en su hombro derecho.

“Creo que se ha exagerado absurdamente con respecto al deterioro de Hernández”, dijo a MLB Jerry Dipoto, gerente general de la organización. “Él sigue siendo un pitcher muy bueno en las mayores. Tuvo una lesión en la parte inferior del cuerpo el año pasado. No tiene problema alguno con el brazo”.

Seguir con la racha. Carlos Carrasco llega a su novena campaña en la Gran Carpa después de culminar el 2017 como el mejor año en lo que lleva de carrera.

El oriundo de Barquisimeto consiguió ubicarse en el liderato de victorias de la Liga Americana tras conseguir 18 victorias por seis derrotas y una efectividad de 3.29 en 200.0 innings de actuación repartidas en 32 apariciones en el montículo. Además, el diestro cosechó 226 y dejó un promedio de 10.2 abanicado por cada nueve capítulos.

El aporte del criollo fue clave para que el pitcheo de los Indios se colocara como uno de los más sólidos de la Liga Americana durante toda la temporada.

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