Erwin Maldonado tuvo que vender su auto para poder prepararse para el maratón acuático de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. Dijo ser una “oveja negra” para las autoridades del deporte de Venezuela, que simplemente no lo consideraron una prioridad.
Con todo, el venezolano de 33 años aseguró que estaba en “la mejor forma” para esta prueba, aunque el resultado fue el peor: penúltimo. El oro se lo llevó el holandés Ferry Weertman.
“No sé qué pasó en la última vuelta. Estoy triste, estaba en mi mejor forma. Sabemos que los mejores del mundo estaban acá, todos muy fuertes, quería más”, expresó el venezolano.
“NO FUI PRIORIDAD”
Maldonado, quinto en la prueba de 25 km y 27 en la de 10 km en el Mundial de Kazán, explicó que recibió apoyo del Comité Olímpico Venezolano (COV) y del ministerio de Deportes, “pero tarde”, en medio de una dura crisis que golpea a este país petrolero, agravada por la caída de los precios del crudo.
“Fui la oveja negra. No fui prioridad, no era prioridad. Tuve que vender mi vehículo para prepararme. El Comité Olímpico me ayudó, pero otros no, y todos los deportistas somos iguales. Hay que evaluar esto, no quiero nombrar a nadie, pero estoy seguro que si el presidente [Nicolás Maduro] se entera de cómo se hicieron las cosas llamará a varios a prestar cuentas”, indicó.