Luego de la muerte del José Fernández un pregunta que muchos se hicieron fue: a quien le quedarían los múltiples millones de dólares que había ganado el cubano a lo largo de su corta carrera. La respuesta es muy fácil: su madre.
Scott Boras era el agente de Fernández, pero también llegó a ser el agente de Nick Adenhart, un famoso prospecto, también pitcher, que murió en 2009 en un accidente, tal cual como Fernández, por lo que Boras aconsejó a su cliente de hacer un testamento en caso de que pasara lo impensable. José decidió dejárselo todo a su madre, para que esta disfrutara de su fortuna en caso de que el muriera, y lamentablemente así fue. El pitcher cubano tenía un contrato por más de dos millones de dólares, y tenía acumulado aproximadamente seis millones provenientes de toda su carrera; se pensaba que su sueldo podía aumentar a 11 millones debido a su excelente desempeño en la temporada. La madre también cobró un seguro de vida un millón.
Recordemos también que José dejó embarazada a su novia antes de morir, y a esta no le toca nada de la herencia por no tener vínculo legal con el pelotero, pero la familia de éste creó un fondo para Penélope, la hija no nacida de Fernández, que se podrá usar al momento en que nazca la bebé. Se desconoce cuál es el monto del fondo.