Los Tigres de Aragua le abrieron los brazos a Alex Cabrera, un tipo que este 24 de diciembre cumplirá 45 años de edad, alguien que se ha burlado del béisbol venezolano e incluso de las Grandes Ligas, un veterano en el béisbol y la trampa que se aventaja un paso por el trucado uso de sustancias para mantener sus abultados bíceps y el rendimiento ofensivo de un buen pelotero de 30 años.
La LVBP quedó sin autoridad ante un hombre que dice alzar pesas mientras los demás duermen pese a que sigue teniendo problemas con pruebas antidopaje y asuntos relacionados a los esteroides. ¿O es que acaso todo el mundo olvidó que el «Samurái» fue nombrado ampliamente, con cuento echado y todo, en el famoso reporte Mitchell?
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En aquel trabajo de investigación, en el que salieron los trapitos de muchos al sol, se dijo que mientras Cabrera pertenecía a los Diamondbacks de Arizona, los empleados del clubhouse recibieron un paquete con destino a las manos del toletero venezolano. Presuntamente, contenía jeringas y sustancias de estas que nadie puede meterse.
Ahora bien, ¿cuánto le queda en el bate al lord de la trampa, ese que con la ayuda de sus «contactos» le puso un para’o a la mano de la real autoridad: la Liga Venezolana de Béisbol Profesional?
Depende: si, de una vez por todas, deja de puyarse, es probable y natural que su cuerpo merme y termine pesándole o pasándole factura el rigor de los más de 40 juegos que quedan de la naciente temporada.
Quizás, sin el impulso del Estanozolol o del Deca-Durabolin (Nandrolona), no pueda jugar otra campaña completa, pensando ya en la zafra 2017-2018, la que podría ser el adiós definitivo de Cabrera y sus tantos batazos de vuelta entera, tan ilegítimos como su récord de más vuelacercas en una ronda regular, aquel que le quitó al gran Baudilio Díaz en la 2013-2014 (21).
Eso no quita que pegue algunos cuadrangulares,que impulse algunas carreras o que, inclusive, vuelva a batear para un alto average en el plato. Al fin y al cabo, desde su primera temporada con 40 años, sus promedios están en 10 jonrones, 34.6 impulsadas 17.6 extrabases y 50 hits por un año. Si un pelotero importado le da esos números, felicitaciones: tiene un pelotero rendidor en esta liga. Si, en cambio, lo hace un veterano de más de 40 primaveras, entonces es una ganga.
Si el sempiterno «Samurái», que desde que se vio involucrado en un problemón del mismo tipo en México no juega en ninguna parte distinta a Venezuela, sigue burlando pruebas y se ampara en el ingrato, pero vasto poder del amiguismo, creemos que por 10 años más, cuando inexplicablemente siga diciendo que levanta pesas mientras todos dormimos, seguirá sacando pelotas del parque, incluso aún cuando vea retirar a Miguel Cabrera, Félix Hernández y compañía.
Muchos se preguntan: ¿hasta dónde piensa llegar Alex Cabrera? Alguna vez dijo que quería retirarse como el líder de todos los tiempos en estacazos, para eso deberá batirse con Eliezer Alfonzo, quien tiene 37 años y 137 largos batazos de por vida en el circuito nacional, dos más que el fornido slugger derecho.
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Probablemente, sea lo segundo. Es factible que no le quede un CC de vergüenza y no le importe seguir con su faena. Y al fin y al cabo, no habrá gente en los estadios que lo abuchee porque, pues, en Venezuela ya nadie va a los estadios por los precios y la inflación que mataron la afluencia a los parques. Aunque no podemos descartar un pálido grito de «¡puyáo, puyáo, puyáo!», que se ha hecho tan célebre en los últimos tiempos cuando de meterse con Cabrera se trata.