A propósito de los lamentables hechos que dejaron sin vida al lanzador Yordano Ventura y al jugador de posición Andy Marté, en FarandiSport rememoramos otros accidentes fatales que acabaron con la existencia de grandes figuras del béisbol.
1) Baudilio Díaz, 22 de noviembre de 1990:
El estelar receptor jonronero de los Leones del Caracas estaba en su residencia en la urbanización La Tahona, en Baruta, cuando la muerte le pilló. «Bo» subió al techo de su casa para arreglar la antena parabólica y su maniobra le salió cara. La base no aguantó el peso del aparato e hizo que se desplomara y le aplastara el cuello y la cabeza.
El desafortunado episodio ocurrió en plena temporada 1990-1991 del béisbol profesional venezolano. Era su campaña de regreso, luego de pasar tres años fuera de la LVBP. Recién había quedado libre con los Rojos de Cincinnati en las Grandes Ligas e intentaba sacar buenos números con el club de sus amores en Venezuela para volver a las Mayores, pero el gigante plato mató su anhelo.
Así lo reseñó la prensa nacional:
Díaz tuvo una carrera fructífera tanto en la Gran Carpa como en la pelota local. En el norte se mantuvo por 13 años, mientras que en su tierra jugó 14 zafras y dejó un récord de más cuadrangulares en una temporada (20, en 1979-1980) hasta que Alex Cabrera lo rompió en 2013-2014.
2) Roberto Clemente, 31 de diciembre de 1972:
Uno de los jugadores más grandes y reconocidos del béisbol y uno de los más importantes latinos que han dejado huella dentro del deporte de bates y pelotas tuvo un desenlace ingrato.
Debido al fuerte terremoto que sufrió Managua, la capital de Nicaragua, el 23 de diciembre de 1972, el «Cometa de Carolina» envió varios paquetes de ayuda a los sobrevivientes. Al descubrir que los envíos paraban en manos de oficiales corruptos del gobierno de Anastasio Somoza, decidió ir por su cuenta, a fin de asegurarse de que la gente recibiría las donaciones.
El chárter en el que volaría Clemente desde Puerto Rico a Nicaragua, el 31 de diciembre de ese año, tenía un historial de problemas mecánicos y fue sobrecargado con cuatro mil 200 libras. Se estrelló en el océano Atlántico inmediatamente después del despegue.
Pocos días después del accidente, encontraron el cuerpo del piloto y partes del avión, junto con una maleta vacía que aparentemente pertenecía a Clemente. Su compañero y amigo cercano Manny Sanguillén fue el único miembro de los Piratas de Pittsburgh que no asistió al funeral. El catcher escogió sumergirse en las aguas en las que ocurrió el suceso para tratar de encontrar al jardinero.
Como anécdota, Sanguillén pudo perder su vida ese mismo día, pero no le tocaba el turno de irse. El viaje de Clemente estaba pautado para el 30 de diciembre y este le dijo al receptor que lo acompañara. Aunque un poco reacio por lo pequeño que era el avión, aceptó. Después de terminar un juego de liga invernal, Sanguillén iba rumbo al aeropuerto cuando su auto se averió.
Eso se tornó irrelevante porque pospusieron el vuelo de Clemente para el día siguiente, víspera de año nuevo. Al día siguiente, cuando el panameño se preparaba nuevamente para irse, no pudo encontrar las llaves del carro en su apartamento hasta las 7 de la noche, cuando ya era muy tarde. Por eso no viajó con su buen amigo.
Las llaves estaban en el tope de un alto estante. Sanguillén ni su esposa supieron cómo llegaron allí. A este día, el expelotero se pregunta si una fuerza sobrenatural le hizo una jugada para que no se montara en el camino a su muerte.
De esta manera lo reseñó el diario Pittsburgh Post-Gazette:
Clemente posteriormente entró al Salón de la Fama. Nunca será olvidado por ser una gran figura dentro del terreno y una mejor persona fuera del campo. Jugó 18 campañas, todas con Pittsburgh, bateó tres mil hits, empujó mil 305 carreras, ganó el Jugador Más Valioso (1966), fue a 12 Juegos de Estrellas y obtuvo una docena de Guantes de Oro por su excelsa defensa en el jardín derecho.
Te dejamos el video de su hit tres mil, narrado en español:
3) Géremi González, 25 de mayo de 2008:
Si existe la mala suerte, es lo que rodeaba ese día a Géremi González. El exlanzador estaba en una playa zuliana llamada Punta de Palma cuando, supuestamente por una cadena de oro que portaba, un rayo le impactó en el cuello mientras estaba en una moto de agua, quitándole la vida instantáneamente.
Este marabino será siempre rememorado por su garra y entrega en el terreno, también por su comportamiento particular fuera del terreno y su alegría dentro del clubhouse. Jugó en las Grandes Ligas por seis años y en Venezuela lo hizo por 16 campañas. Tenía 33 años de edad cuando el infortunio lo atrapó.
Se cree que esta fue su última foto:
Así lo reseñó un diario regional:
Te dejamos un video como homenaje a González, cortesía de Venevisión:
4) Cory Lidle, 11 de octubre de 2006:
Este lanzador derecho había terminado poco días antes su temporada con los Yankees de Nueva York, equipo al que fue cambiado junto con el criollo Bob Abreu ese año. Tenía apenas ocho meses pilotando aviones y 95 horas volando solo, pero junto con un copiloto, emprendió viaje por Nueva York.
Debido a fuertes vientos que le impidieron maniobrar y sacaron la nave de control, Lidle estrelló la pequeña avioneta en uno de los apartamentos del complejo residencial Belaire en la Gran Manzana. Además de las dos muertes mencionadas, hubo 21 heridos en el accidente.
Foto del edificio:
Como lo mostraron los periódicos neoyorquinos:
5) Víctor Sánchez, 28 de marzo de 2015:
Este muchacho tenía un futuro brillante. Era uno de los mejores prospectos de los Marineros de Seattle y al momento de su muerte tenía 20 años recién cumplidos. Tras permanecer 42 días en cuidados intensivos, murió en Caracas.
El joven lanzador disfrutaba de sus vacaciones el 14 de febrero en una playa en Carúpano. Estaba nadando cuando se golpeó la cabeza con una lancha, impacto que le produjo una lesión en el cráneo de la que nunca se pudo recuperar.
Pese a su corta edad, era comparado a menudo con Félix Hernández y se decía que podía tomar su testigo en Seattle.
Este fue el comunicado que emitieron los Marineros:
6) Oscar Taveras, 26 de octubre de 2014:
Este dominicano también era una de las máximas figuras jóvenes de los Cardenales de San Luis, pero encontró la muerte cuando manejaba de noche, por una carretera mojada, bajo supuesta influencia del alcohol. En el accidente, también murió su novia, Edilia Arvelo, de 18 años. Él tenía 22.
Así quedó el Camaro último modelo que conducía Taveras en las afueras de la ciudad de Puerto Plata, en República Dominicana:
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