Aunque ha habido misterio sobre cuánto ha rebajado Pablo Sandoval y ciertamente se le ha visto muy pocas veces, este miércoles trascendió una foto suya en las redes sociales en la que luce bastante adelgazado, en comparación a como estaba a principios de año, durante el spring training de los Medias Rojas de Boston.

En febrero y marzo se le vio terriblemente gordo, con dificultades para batear y para fildear en la tercera base. Su desempeño mermó a tal punto que perdió la titularidad de la antesala ante el prospecto Travis Shaw y luego se lesionó y perdió toda la temporada.

Así lucía Sandoval en el primer trimestre de 2016:

Increíblemente obeso, ¿no? Y mucho más para usar una camiseta de béisbol de las Grandes Ligas y un guante para cubrir una posición tan exigente como la esquina caliente.

Así lucía hasta este miércoles, y al parecer sigue perdiendo peso:

Lo mejor para Sandoval, quien durante toda su carrera ha vivido problemas y mucho altibajos con su peso, es que los patirrojos acaban de cambiar a Shaw, su principal rival, a los Cerveceros de Milwaukee y le dejaron el camino abierto para que demuestre, en los entrenamientos primaverales, que puede ser el tercera base titular del conjunto que dirige John Farrell.

Es tanta la mejoría física del «Panda» que hay quienes, desde ya, a estas alturas, lo consideran uno de los más fuertes candidatos para el premio al Regreso del Año de la Liga Americana. Lo gane o no, este es el año en el que su club lo necesita con mayor fuerza, debido a que por primera vez en un buen número de temporadas, no estará David Ortiz en la alineación de los Medias Rojas.

En las dos primeras dos campañas de un jugoso contrato que recibió después de ganar la Serie Mundial con los Gigantes de San Francisco en 2014, el venezolano fue un completo y verdadero fiasco productor de incalculables dolores de cabeza para la directiva de los de Boston.

Entre 2015 y 2016, apenas disputó 131 compromisos y ligó para un pobre promedio al bate de .242, producto de 115 hits en 476 turnos legales. Suma 25 dobles, un triple y 10 jonrones desde que cambió de camiseta y 47 empujadas, con 43 anotadas. Esos números no justifican el pacto que le unió a los Red Sox, por cinco zafras y nada más y nada menos que 95 millones de dólares, con una opción del club para 2020. Si no la ejercen, por cierto, deberán, en pocas palabras, regalarle cinco millones para que no juegue con ellos ese año. ¿Qué tal?

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Los Medias Rojas rezan por que esta no sea una nueva promesa de Sandoval, que no sea una nueva muestra sólida de que puede perder peso, pero en unos meses volverá a comerse el Titanic y engordará el doble de lo que adelgazó. Esperan, por lo contrario, que esta sea la etapa en la que un pelotero madura y pueda rendir por lo que le resta de su millonario acuerdo.

Al menos esta será una temporada diferente para el carabobeño, o como mínimo un comienzo distinto. Ya te mostramos cómo llegó a los entrenamientos para la campaña pasada. Bueno, ahora te enseñaremos qué tan bola, del uno al 10, llegó para prepararse por su primera zafra con el uniforme mítico de los de Nueva Inglaterra.

Era imposible esconder esa barriga de cañero/comelón, ¿no? Aunque más que cañero/comelón, esa panza es similar a la de un cincuentón que no hace más que comer y tomar cervezas en el sofá de su casa mientras ve televisión y espera las tres comidas del día. Bueno, quizás Pablo fue ese mismo hombre (a excepción de los 50 años) y de pronto se acordó que tenía que comenzar los entrenamientos para su primera temporada con los Red Sox.